28 mar 2008

RECUERDOS DE UNA EX

Ayer por la noche, antes de dormir, pensé en él, como de costumbre...
Sé que no me conviene, que no es aconsejable que esté a mi lado, que me acompañe en mis días,...pero no puedo evitar acordarme, es tanto el tiempo que pasamos juntos...
Todo empezó el día en el que unas amigas nos presentaron, hace ya aproximadamente trece años. Yo en un primer momento no me sentí atraída por él, si soy sincera, ni me fijé. Nos conocimos y ya nunca más nos volvimos a encontrar. Con el paso del tiempo, de repente apareció y comenzó a formar parte de mi pandilla, era uno más y cada vez pasábamos más tiempo el uno con el otro.
En cuestión de dos años, nos hicimos novios. Yo en varias ocasiones intenté dejarlo, porque no me atraía lo suficiente, pero algo me lo impedía, me acordaba mucho de los pocos momentos vividos con él.
Cada vez eramos más como el Yin y el Yang, inseparables. Un día decidí presentarle a mis padres, ellos al principio no tuvieron una buena impresión, pero más tarde cedieron y le abrieron sus puertas. La dependencia era cada vez mayor, ya que pasábamos cada vez mas tiempo juntos.
Transcurridos diez años, yo empecé a sentir una sensación de angustia, presión, agobio, de acoso,...Un día, hasta decidió atar mi mano derecha a él. Ésto me pareció una locura, pero me acostumbré a vivir con una sola de mis extremidades superiores; cocinaba con una mano, me peinaba con una mano,...Y claro, mi torpeza era obvia; caía las cosas al suelo, me cansaba más al hacer actividades de tipo manual,...Otro día consiguió convencerme para acompañarme a todos los lugares colgado de mi hombro, acabé acostumbrándome, por muy increíble que parezca. Yo terminaba agotada, aunque sólo hubiera andado diez metros. También me acompañaba a todas mis reuniones sociales,...no tenía intimidad, no me dejaba espacio vital,...cada vez me fui obsesionando más con la idea de dejarlo. Cuando me ponía enferma, en vez de ayudarme e intentar que me curara, llegaba al extremo de echarse sobre mi pecho y de presionarme fuerte, haciéndome sentir asfixsia. Muchas veces me hacía vestirme y salir de casa de madrugada, con el fín de que pasaramos más tiempo juntos. No lo soportaba, estaba empezando a cogerle manía. Llegaba hasta quitar la sal de mis comidas, a robarme el alimento, a apoderarse de mi tiempo,...

"Pese a todo lo que os he contado, le sigo recordando, pero no me preocupa. Sé que es normal, ha formado mucho tiempo parte de mi vida y ha estado mucho tiempo acompañándome. Si os soy sincera, recuerdo cada noche cuando le rozaba, estaba deseando que llegara el momento en el que nos encontrábamos, el momento en el cual mis labios le acariciaban, recuerdo su olor, su esencia, su aroma propio... Pero como ya os he contado, él no me quería, era egoísta porque quería mi vida en propiedad. Porque si algo o alguien te quiere "te da la vida", no "te la quita" como el TABACO".
Hoy ya llevo 24 días sin fumar, y os animo a todos y a todas a buscar vuestro momento...porque lo encontraréis"

-MUCHAS GRACIAS POR

"ESCUCHARME"-