7 mar 2008

EL PERRO BAILARÍN

He tenído toda clase de animales; un zorro, dos camaleones, dos hamsters, algún que otro gato, muchísimos patos, pajarillos, erizos, peces...,pero los que más me gustan con diferencia son los perros. En casa realmente hemos tenido tres en diferentes épocas cada uno de ellos, pero mi tío tenía un amigo que vendía perros recienacidos y mi hermano y yo antes de entregarselos a sus futuros dueños, nos encargabamos de darles el biberón, de jugar con ellos,...de cuidarlos a fin de cuentas, hasta que crecían un póco.
Me parece increíble el instinto tan grande que tienen. Entiendo que haya gente que no comprenda este cariño tan enorme hacía ellos, pero creo que podría llegar a asegurar que quien no lo entiende es porque; o no ha tenido uno cerca o ha tenido una mala experiencia, que también puede ser el caso. Un perro, aparte de darte una enorme compañía, te demuestra más cariño en muchas ocasiones, que cualquiera de las personas que tienes alrededor. Es cierto, ni mi madre llora de contenta cuando me vé; habiendome visto un rato antes, ni un amigo,...Yo la hecho mucho de menos (ya que se ganó a mis padres en mi ausencia, y ya es la niña de la casa), pero también es una responsabilidad muy grande, y en estos momentos no me quiero atar a tener otro. Me atemoriza pensar que un día faltará, sé que es ley de vida que vivan menos años que las personas, pero...Uf...
Os presento un vídeo que me gustó mucho cuando lo ví, ¡que se preparen los de Fama a Bailar!, que ha llegado el perro bailarín, ja,ja...Muchos besos:

OBSTÁCULOS

Voy andando por un sendero. Dejo que mis pies me lleven. Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras. En el horizonte se recorta la silueta de una ciudad. Agudizo la mirada para distinguirla bien. Siento que la ciudad me atrae. Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo que deseo. Todas mis metas, mis objetivos y mis logros. Mis ambiciones y mis sueños están en esta ciudad. Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo cual aspiro, o que intento, por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis éxitos. Me imagino que todo eso está en esa ciudad. Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella. A poco de andar, el sendero se hace cuesta arriba. Me canso un poco, pero no me importa. Sigo. Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino. Al acercarme, veo que una enorme zanja me impide mi paso. Temo... dudo. Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente. De todas maneras decido saltar la zanja. Retrocedo, tomo impulso y salto... Consigo pasarla. Me repongo y sigo caminando.Unos metros más adelante, aparece otra zanja. Vuelvo a tomar carrera y también la salto. Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado. Me sorprende un abismo que detiene mi camino. Me detengo. Imposible saltarlo. Veo que a un costado hay maderas, clavos y herramientas. Me doy cuenta de que está allí para construir un puente. Nunca he sido hábil con mis manos... Pienso en renunciar. Miro la meta que deseo... y resisto. Empiezo a construir el puente. Pasan horas, o días, o meses. El puente está hecho. Emocionada, lo cruzo. Y al llegar al otro lado... descubro el muro. Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños... Me siento abatida... Busco la manera de esquivarlo. No hay caso. Debo escalarlo. La ciudad está tan cerca... No dejaré que el muro impida mi paso. Me propongo trepar. Descanso unos minutos y tomo aire... De pronto veo, a un costado del camino a una niña que me mira como si me conociera. Me sonríe con complicidad. Me recuerda a mí misma... cuando era niña. Quizás por eso, me animo a expresar en voz alta mi queja: -¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo? La niña se encoge de hombros y me contesta: -¿Por qué me lo preguntas a mí?Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras... Los obstáculos los trajiste tú.

-Jorge Bucay-