Allí, en la puerta de casa, se encontraba el amado en su busca.
Un chuchillo muy lindo y alegre que ha conquistado su corazón.
Va a buscarla, una decena de veces a la puerta de casa, ladrando y llorando sin parar, para que ésta se asome al balcón y puedan encontrarse.
Todos los humanos que pasan por la puerta, son testigos de su amor.
Y cuando ella asoma su hocico entre las berjas, se quedan fijos mirándose y llorando ambos, por no poder alcanzar ese amor imposible.
Hoy he descubierto gracias a Sha-Sha, que los animales, también se enamoran...