De repente una ráfaga de luz, aparece ante tus ojos.
Te sientes bien, con ilusiones, con ganas de comerte el
mundo...
Y de repente ¡chas!... todo se desvanece, era una falsa alarma y no te queda otra que sentirte un poco derrotada, creías que no tenía importancia, pero ahora te das cuenta de que te ilusionaba más de lo que pensabas...
Seguiré luchando por lo que quiero, aceptando lo que se vaya presentando y a aquello que desaparezca sin haber siquiera aparecido, lo despediré agitando mi mano...
La vida, cada vez me va preparando más para ser a la fuerza una incrédula y volverme desconfiada con mi destino...
